Día de hacer maletas, vacaciones, carretera y manta. Me esperan más de
Pequeña casa rural me hospedará junto a un mítico faro que mira al atlántico oscuro, azul e indómito. Es la recta final del descanso ganado a golpe de trabajo y trabajo. Recuperación del cuerpo y los nervios. Luego vendrán el estrés y las prisas. Ahora solo pienso en el viaje a la otra punta de España en plena madrugada.
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