domingo, 21 de septiembre de 2008

Adios verano, hola otoño

Pasó a una velocidad inusitada por causa del trabajo estival que no paró ni un minuto. La fatiga en ausencia de vacaciones es devastadora y el cabreo (que en buen cubano se llama encabronamiento) es enorme. Los días resultaron enanos a pesar de las horas de luz que siempre se agradecen. La cama fue mi centro y mi trono, lugar de refugio y abrazo tentador al amanecer que olía a carretera. Mi descanso no pasó de algunos espacios ganados al tiempo gracias a fiestas municipales, religiosas y nacionales que siempre aproveché para dormir o disfrutar el maravilloso encanto de no hacer nada. Junto al inefable calor de siempre y la salvadora cerveza dejé transcurrir las semanas y los meses en una cadena rutinaria y simple de subir y bajar del vehículo junto a paisajes diferentes. Sótanos sucios, fábricas en quiebra, granjas de cerdos, casas infectadas de bichos, depuradoras, inmaculados laboratorios, gasolineras, ambulatorios, almacenes oscuros y otros parajes de igual calaña en un círculo poco estimulante desde el sur de Girona hasta los dos Valles, al norte de Barcelona. Y aún así acumulé retrasos que provocaron peligroso estrés dado el carácter de cada tratamiento que puede llegar a ser de 15 minutos o 5 horas; cosa que mis jefes, en el colmo de la hipocresía, se niegan a entender en su viejo papel de explotadores por cuenta ajena para gloria de las arcas de la multinacional que me paga. Así que hoy amanecimos con el otoño oficial a todo trapo, frescor en el aire, nublado en grises, mar plomizo, aviones aterrizando por instrumentos, chubascos cargados de arena africana, coches sucios, mangas largas, miradas al cielo, playa vacía con típico paseante paseando al típico perro allí donde hace poco no había sitio para poner una sombrilla. Miro el armario y compruebo que la ropa del último invierno sigue en el lugar de siempre esperando la caída del mercurio que no demorará a su sita con el invierno. Ya hay ocres en las montañas y hojas sobre los lagos. Fin de un ciclo. Bienvenido el siguiente. Yo sigo aquí, más o menos como siempre aunque no tenga claro que será de mi vida a corto y medio plazo.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Hambre

Me aterra la noticia aunque más o menos la esperaba. El hambre en Cuba ha sido sinónimo perpetuo de la economía socialista. Mala inversión la de confiar el papeo a los generales y a los coroneles bajo las órdenes de un comandante. No funcionó en Rusia soviética, ni en Europa tras la cortina de hierro, ni en China y Vietnam, ni en lugar alguno (pobres venezolanos, lo que les espera con Hugo) y por eso el entramado social de la isla no estaba preparado para el paso de dos huracanes tan devastadores. El caudillo enfermo dilata las soluciones, habla de evitar los ojos espías de los observadores para ayuda humanitaria y el hermanísimo se queja de la apatía que nota en la gente mientras promete soluciones de aquí a cinco años más o menos ¿y mientras qué se come? Hay fatiga en la sociedad cubana, hay balsas en plena construcción ocultas en rincones prestas a partir sin brújula hacia el Norte porque no hay esperanza, no hay fe ni confianza en las mismas frases de siempre, años tras años, como si la gente fuera tonta en su papel de teatro de opereta. Fidel debe odiar mucho a sus compatriotas cuando prefiere la tierra improductiva antes de cultivarla bajo la ley del libre mercado que tanto teme. Él no pasa hambre, ni su gente, el resto que se joda; típico de un tirano que ve el país como un enorme latifundio ocioso donde se sembrará allí donde el amo quiera y solo cuando quiera. Siento una pena enorme mientras el mundo sigue su rumba y su rumbo. Hasta siento un poco de remordimiento al abrir mi surtida nevera. Y no poder ayudar. Cuándo terminará esta pesadilla. Cuándo.

jueves, 4 de septiembre de 2008

lunes, 1 de septiembre de 2008

Algo se mueve

A Víctor Jara le rompieron las manos a culatazos en el infame gesto de aniquilar los instrumentos que sacaban música de su guitarra popular, sus manos subversivas para aquellos cerebros eran peores que las bombas o las ráfagas de un arma automática; luego le mataron como a un animal y dejaron su cuerpo en un rincón de la ciudad para escarmiento de todos. Tal historia conmovió profundamente al mundo artístico cubano y no necesariamente porque Víctor fuera una súper estrella de la canción, al fin y al cabo él siempre fue mejor autor que intérprete y todos sabíamos que formaba parte del movimiento internacional del nuevo canto latino americano de manera militante; su voz y su guitarra era todo el arsenal de sus ideas; lo que realmente hizo daño fue la forma de morir, nadie merecía llegar así a ese momento y el nivel de brutalidad dejaba muy claro las entrañas de aquel horror que dejó libre sobre los cielos de Chile el señor Pinochet para vergüenza de varias generaciones. Y me viene a la cabeza Lorca y Reinaldo Arenas, Raúl Rivero y tantos otros que alrededor del mundo sufrieron las penas de no caer bien a las correspondientes dictaduras. Qué energía poderosa emana del conjunto de las artes humanas cuando son percibidas por el corazón y cuanto esfuerzo se gasta por su parte el ingrato poder en el intento de manipularlas, domesticarlas y ponerlas a su opaco servicio. Por eso cuando apresaron a Gorki, el cantante de Porno para Ricardo, el grupo musical más irreverente de la isla, se movieron de forma espontánea ciertos resortes a nivel de pueblo que han dejado sembrada una débil pero prometedora semilla de lucha contra la intolerancia. Buena nota debe estar tomando el gobierno. No todo puede ser controlado y el apoyo internacional, más la cobertura de prensa extranjera, logró terciar un poco la máquina engrasada para machacar al cantante en una especie de auto de fe medieval donde se acopla un mensaje de miedo y estate quieto al resto de artistas e intelectuales cubanos. Es de destacar, el día del juicio, la tremenda ausencia en los juzgados de mis compañeros de la nueva trova, ni los salseros, ni los reguetoneros, ni los timberos, ni los de música clasica se les vió el pelo y si artistas plásticos, escritores y actores. La música cubana es un potente caudal que se mueve en muchas direcciones, por lo visto nadie quiere mojarse, ni marcarse, ni señalarse aunque en el centro de su alma sepan que tras las greñas de Gorki hay un poco de todos nosotros. El poder podrá con muchas cosas. Pero con otras ya no puede. La puerta está entornada. Y se siente un poco de aire fresco.