miércoles, 23 de enero de 2008

A tomar por...

Al fin van a ilegalizar a ANV y al Partido Comunista de las Tierras Vascas, dos dedos de Batasuna y parte de la mano de ETA. Eso suena bien y hasta se aplaude pero, si todos sabíamos que ellos formaban parte del entramado terrorista ¿por qué esperaron tanto? En Cuba hay un dicho que dice: “Se puede ser bueno, pero no come mierda” y la democracia cojea de esa pata. Por eso tienen en Europa sus feudos los islamistas que luego se revientan en las calles de Bagdad o son a su vez reventados en las montañas de Afganistán. De cara a la galería quedará elegante sacar de circulación a estos impresentables que gobiernan en ayuntamientos vascos gracias al “buenísmo” y al “talante” de los socialistas españoles. Ahora dime tú que hará ETA con la impresionante información extraída de los archivos municipales por los concejales de estas agrupaciones y que servirá para extorsionar, asesinar, secuestrar, amedrentar y acojonar a la ciudadanía española. Seguro que ya preparan sus alegatos contra el cruel y opresor Estado español que les saca de sus asientos, rasgarán las vestiduras y poniendo cara de victimas saldrán en procesión por los jardines mal olientes del independentismo nacional para que vean lo buenas ovejitas que son. Que se jodan. Bastante daño han hecho.

sábado, 19 de enero de 2008

Los ecos de la tierra

Busco sitio para descansar, lo encuentro en un recodo del Ebro a la sombra de unos cipreses plantados frente a los restos de un muro lleno de años. El cambio de una Berlingo a una kangoo se nota ya que la Citröen es muy espaciosa y de suave andar mientras que esta nerviosa, estrecha y dura Renault pide a gritos un período de adaptación. Estoy a medio camino entre la pequeña comarca de L’Aldea y la coqueta ciudad de Amposta que más que ciudad es un pueblo grande; entre nosotros pasa el Río en su camino al mar. Sentado sobre un tronco dejo vagar la mirada por los olivares de edad indefinida, dicen que pueden vivir más de mil años, si es cierto entonces cuantas cosas contarían. Como esas piedras y caminos que traen los ecos del pasado, del sudor, el amor y los sueños de gente barrida por el tiempo y la memoria. No lejos de aquí, en los primeros minutos del 25 de Julio del 38, más de 80 000 hombre al mando del general republicano Juan Modesto Guilloto cruzaron el Ebro dando inicio a la batalla que lleva el nombre del río. Al amanecer las aguas cambiaron de color. Me pregunto cómo puede morar la muerte en un paisaje tan bello pero fue como fue y lo que pasó, pasó. Aún la lluvia desentierra huesos y fantasmas cuando el cause regresa a su nivel. Respiro hondo y pienso en la extraña esencia de eso que llamamos España, cómo podemos pasar de la ternura a la violencia en un instante y luego seguir tan amigos bajo una bota de vino. Ya lo decían los soldados italianos que peleaban del lado de Franco; los españoles podían estar conversando entre ellos animadamente y dos horas después despellejarse en un cuerpo a cuerpo sobre el lodo de las trincheras que dejaba los pelos de punta. Tal vez parte de la clave esté enterrada muy cerca de aquí, algo más abajo. En el año 209 antes de Cristo, el general romano Publio Cornelio Escisión alias “El africano” ordenó levantar un enorme campamento base en el que situó cuatro legiones compuestas por 25 000 tipos armados hasta los dientes y con un cabreo de madre por la derrota a manos de los cartagineses (que también tenían muy mala leche) en la llamada primera campaña romana de la remota provincia de Hispania que hoy habito hasta que recibieron refuerzos y cargaron contra Cartago Nova sin dejar títere con cabeza y allí estoy yo, dos mil años después tomando el sol de este invierno del 2008. Hoy lo poco que queda está ocupado por la autopista AP-7 y una urbanización alzada a toda prisa pero en la orilla y con paciencia puedes encontrar restos de cerámica y monedas de aquella época. A lo lejos y más allá de las llamas de las refinerías, Tarragona vela el sueño del antiguo imperio en sus museos al aire libre, desde el foro hasta las vías fundadas por Roma sobre las que ruedan coches de alta tecnología. La vida nunca se detiene. Somos espectadores en primera fila del tiempo que nos ha tocado vivir. La tierra es un libro abierto a nuestros ojos. Querer leerlo es otra cosa. Lo que cuenta es épico y sencillo, tremendo y maravilloso. Y nosotros un punto en la tinta de la historia. Vuelvo al coche, arranco y sigo Ebro arriba.

jueves, 17 de enero de 2008

El Himno de España

Y España se quedó sin himno. La verdad es que no tengo del todo claro si a estas alturas hacía falta encapsular su melodía en las siempre peligrosas fronteras de la palabra escrita. Los himnos que terminan siendo símbolos de los países suelen venir casi siempre de circunstancias dolorosas, dramáticos acontecimientos históricos o giros en la biografía social y política de las naciones hasta el punto de justificar integrarlos en la memoria popular como signo de identidad patriótica. Sus letras, sobre todos los himnos suramericanos, son pequeñas secuencias de hechos bélicos en medio de una nube de testosterona para ver quien la tiene más grande o se buscan metáforas como el cielo, el mar, la muerte, la gloria, el recuerdo y otras barbaridades. El himno español no pasa del tralalá que entonan los deportistas emocionados bajo el peso del oro en sus pescuezos y no está del todo mal su letra ya que no veo manera de contentar, literariamente hablando, a nacionalistas catalanes, gallegos y vascos (y ojo con los canarios que viven muy lejos de la peninsula) que no ven a este país como el suyo. En mi caso he convivido con cuatro himnos casi toda la vida y ellos ocupan terreros de la memoria pues más allá del himno nacional cubano, mi generación aprendió de memoria las notas del himno de la República Socialista Soviética en aquellas infinitas y monotemáticas películas y documentales de aquel país que un día fue y ya no existes. Lo entonaban trabajando, haciendo tornillos, sacando por la solapa a mugrientos nazis de las trincheras de un Berlín en llamas, recogiendo trigo, haciendo deportes en la nieve y siempre a todo trapo, cuerdas de metales, trompetas y tambores marciales durante un montón de años hasta que me lo aprendí completo, para que luego digan que no fuimos colonia rusa. También el himno de los yanquis en esa otra cara del consumo cinematográfico y en esta etapa de mi vida me enamoré del español y lo incorporé a mi jardín afectivo. Mejor que se quede sin letra. Que cada quien le ponga con sentimiento la emoción que emana de su melodía porque España es un caleidoscopio y cada cual la siente a su manera. Por ahora ella, mi querida España no se abre de piernas al idioma o tal vez no haya llegado el compositor que logre el milagro de su sonrisa vertical para gloria de generaciones futuras.

domingo, 13 de enero de 2008

Más allá del mito

El escritor cubano Jacobo Machover desmitifica la figura del guerrillero argentino Ernesto ''Che'' Guevara a través de sus propios escritos, en su último libro La Cara oculta del Che, en un intento de ``restablecer la verdad más allá del mito''. Machover, exiliado en Francia desde hace años, se encuentra en España donde ha participado en el foro ''Cuba: revolución y homosexualidad'', organizado por la Confederación Española de Asociaciones de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (COLEGAS), que se ha celebrado en la Casa de América de Madrid. En declaraciones a Efe, aseguró que hay un ''enorme malentendido'' entorno a la figura del Che Guevara que se ha visto ``como un romántico libertario, cuando en realidad no era más que un estalinista fanático''. ''Se le ha visto como un soñador, como un luchador autónomo que quiso hacer la guerrilla en Bolivia'', pero en realidad ''eso eran proyectos de su mentor: el comandante en jefe, Fidel Castro'', afirmó. Según Machover, ``el Che no hizo más que aplicar las ordenes de Castro hasta el momento en el que este le consideró una persona molesta para su régimen porque era a la vez un fanático y también iba más allá de las consignas que le daban los soviéticos al propio Castro''. Para el autor de ''La dinastía Castro, los misterios y secretos de su poder'', todo lo que hay ''alrededor'' del Che es una ''inmensa mentira'' y ``su pretendido humanismo revolucionario no era más que una exaltación delirante del crimen y de la violencia''. Con este libro, dijo el escritor, ''no he tenido ánimo de revancha, sino que quería restablecer la verdad más allá del mito''. Para ello ha contado con testimonios de compañeros del Che y de víctimas y ha utilizado sus propios escritos. El autor señaló que en Europa ''hay un olvido intencionado de todo lo que hizo el Che cuando estuvo en el poder en Cuba, donde ocupó puestos de responsabilidad'', el principal, recordó, fue ''en 1959 cuando estuvo al frente de la fortaleza de La Cabaña, donde se hacían los juicios por el tribunal revolucionario a los antiguos colaboradores del régimen de Batista''. Según relató Machover en esos juicios, que ''duraban cinco o diez minutos y se enviaba a la gente al paredón'', el Che era ``presidente del tribunal, fiscal, presidente de la comisión depuradora, del tribunal de apelación y comandante en jefe de La Cabaña''.

El Miedo

Noche de música y gente cubana en el “Habana Tapas” de la pequeña ciudad de Gavá regentado por la familia Valcárcel de entrañable amistad luego de tantos años. Ambiente muy habanero iluminado por el arroz blanco, los frijoles negros, la ropa vieja, el picadillo, la yuca con mojo con cerveza fría y el corazón caliente. En un momento de la actuación alguien pidió la canción Comandante Che Guevara descompuesta por el cabronsete de Carlos Puebla en los 60 y que forma parte de la mitificación de este soñador de totalitarismos que murió en el 67 en Bolivia para terminar, con boina y todo, moviendo las mejillas al vaivén de las tetas de aquellas que le cuelgan en sus camisetas. Mi amigo Rojas, cantante matancero, fiel a la letra original soltó aquello de “y con Fidel te decimos hasta siempre Comandante” con el irónico enfado y mordaz comentario entre compás y compás de mi querido Pachuco, tresero y percuta que odia al jodido argentino pero, la fiesta continuó y pasamos de la trova tradicional a la nueva, sonaron aires campesinos mientras el monte adentro caldeaba la helada madrugaba con el contrapunto de una improvisada rueda de casino que nos transportaba a la capital de una isla flotando en algún sitio de nuestros corazones. Ya al final y al son de la Guantanamera, en una de mis inspiraciones solté aquello de “Santa Bárbara bendita, virgen de los siete rayos, mándale uno al Caballo que el pueblo lo necesita” y como todos saben que “el Caballo” es Castro, de pronto y por unos tres segundos los instrumentos matizaron a la baja y las voces callaron su alegre parla dejando que la sombra de la auto represión oculta en el tuétano del alma inundara las paredes del restaurante. Luego, como quien regresa de un sueño, todo volvió a su ritmo y las sonrisas a las mesas. Una dictadura triunfa cuando integra, cual virus en el sistema operativo, el miedo en los actos reflejos de las personas. Cuando se cantó el puto homenaje al Che todo quedó a medio camino entre el folclore y la herencia musical de Cuba pero cuando se dijo una metáfora directa a Fidel muchos estómagos se contrajeron y algún esfínter se relajó. Imagino que en ese momento perdí algún que otro simpatizante pero el futuro de mi país pasa por aprender a convivir con las aristas que forman la realidad luego de la caída del pensamiento único. Algún día de podrá cantar una canción alabando a Fidel y a continuación otra condenando sus crímenes sin que nadie se corte las venas. Fue una buena noche. Aprendí que el camino hacia la normalización ideológica en Cuba será complicado, muy pero que muy complicado. De todas formas… por favor, Santa Bárbara, acuérdate de mi petición.

martes, 8 de enero de 2008

Pensamientos

Saltando sobre el gris de la mañana, Enero no repara en los árboles sin hojas que intentan detenerle. La vida es como un ordenador colgado y el campo se llena de rocío helado. La amiga niebla me da tregua concediéndome unos quinientos metros de visibilidad, que buena es ¿verdad? Mientras pequeñas gotas de un aguacero errante desandan la curva del parabrisas con la calma propia de las nuevas leyes que regulan la velocidad en nuestras carreteras. Así es el invierno y tiene sus encantos. Aunque mi alma anda en otras playas y en otros soles. Se nota que el mes que viene me voy a Miami con C. Pienso en otro azul y en menos gris, en otro verde y en menos hielo, en otro cielo aunque siempre vuelva a este.

domingo, 6 de enero de 2008

2008

Me cae bien este número, me gusta el dos porque tiene aire de acompañamiento, un par de ceros rima con el par de timbales necesarios para comerse todo un año que queda por delante y por último el ocho, rechoncho y asentado, como un sabio múltiplo de muchas cosas. C, me pregunta qué pido para este año. No se, de veras que no se; tal vez lo clásico es pedir salud, amor y dinero. A mi me basta con menos. Si algo me sobra es amor, la salud anda más o menos y el dinero da para lo justo. Tengo empleo en un país con tres millones de tipos sacándose los mocos y eso es casi casi, una lotería. Pero lo principal es lograr la Paz aquí dentro. Quitar del camino resabios y rencores. Ser más amigo de mi mismo y así expandir un poco más mi espíritu. Bienvenido seas pequeño 2008 aunque llegas con la herencia maldita dejada por tu padre y abuelo, hambre y guerra en el mundo, ignorancia y desigualdad en los corazones y los estómagos. Ojala te recuerde como algo positivo cuando diciembre marque el final de tu ciclo.