jueves, 28 de mayo de 2009

Regreso a la tierra

Vuelvo de lejos. De esos lugares interiores inmensos e insondables. Hubo cambio de estaciones bajo la piel del pecho y las grietas que dejó la nieve fueron cubiertas por el deshielo de los recuerdos reacomodados. Regreso al Hoy en un Ahora más parecido a un despertar luego de un coma que a otra cosa. Mientras tanto vi correr los trenes del tiempo a solas con las noticias de un planeta hermoso y terrible que amo con agridulce inquietud. Y traigo en la vuelta algo más de paz entre las venas. No mucha, tampoco hay que exagerar, pero me fui para volver de nuevo en otro rostro y otro ritmo. Sigo la crisis en directo, oliéndola, tocándola, escuchándola en las historias personales de gente cercana. Y nada puedo hacer más que sobre vivir trabajando mucho y llegando molido a la ducha al final de la tarde. C. sigue siendo refugio y manantial y su presencia a mi lado en los instantes que preceden el sueño es lo más parecido a la felicidad. Y eso es lo importante. Lo que me hace seguir y confiar el ella, el universo y en mi. ¿Es poco? No, es mucho en la aritmética del amor y los misterios del sentimiento.