viernes, 31 de octubre de 2008

Mientras veo caer la lluvia

El extraño mundo de las causalidades logró el milagro de evitar que la honda expansiva del coche bomba de ayer en Navarra se llevara por delante la vida de muchas personas inocentes que realizaban labores de estudios en la Universidad atacada. La paz suele tener senderos muy raros pero la conciencia deja claro que ETA se encuentra fuera de lugar histórico, que su tiempo ya pasó y hoy el mundo se mueve sobre otros cojines y hablando de movimiento, 10 000 niños mueren de hambre diariamente en este planeta por la mala distribución de los recursos. Deja de ser este un asunto de izquierdas y derechas para convertirse en motivo de vergüenza y tristeza. Entre los muertos están los descubridores de futuras vacunas, los inventores de soluciones a problemas ambientales, héroes y pensadores, filósofos que cambiarían la faz del mundo, guías espirituales, maestros y muchos más que no lo serán porque el hambre pudo con ellos. Hay tanto que hacer aún ¿verdad?