sábado, 7 de julio de 2007

Rodriguez

Él apoya las detenciones y los fusilamientos, impone con su voto y su firma una vuelta de tuerca más a la mordaza de su propio pueblo, vende muy bien su talento, que es enorme, al servicio del gobierno y recoge el fruto del privilegio. Vio partir al exilio, la cárcel y el ostracismo a decenas de amigos y compañeros de su generación, escritores, poetas, pintores, pensadores todos y no hizo nada, más bien puso el rostro en otra dirección como un barco reajustando la vela a conveniencia del viento, pudiendo salvar aquellas personas detenidas, truncadas en su carrera, destruidas como seres sociales y no movió un dedo. Solo firmar cartas y manifiestos de apoyo a los juicios sumarísimos. Que pena Silvio, que pena caramba.

O más bien, que cobardía compadre. Que maricomplejínica forma de existir.

Los maestros de filosofía oriental hacen hincapié en vivir y disfrutar del “Ahora” como vía y fuente para gozar plenamente de la vida logrando que centremos nuestros pasos en la plena conciencia de lo que hacemos en este mundo y este momento.

Él vive su particular versión del “Ahora” pues reside en un país virtual ajeno al otro diferente lejano de su coche, su casa, su dinero y su vacilón estatal.

Mientras los relojes siguen funcionando y las horas son granos de una playa que cubrirá la vergüenza de estos años cobardes, deseo de todo corazón que tu nombre salga de las listas negras de quienes recibirán un pescozón por hijos de putas y mal cubanos sin beneficio de la duda por estar documentada la voluntariedad de sus acciones, y te postren en lo que debió ser de veras tu vida, la vida de un gran artista que compuso canciones hermosas y profundas y no como el perro que por el hueso del amo fue capaz de morder a sus amigos e incluso proponer, para colmo de las ironías, llevar el arte musical, teatral, literario y danzario a las cárceles de Cuba.

Suena a chiste pero es verdad y hay que ser un cabrón para fingir ignorar lo que ocurre en las prisiones de la Isla. Cómo se hacinan, se desnutren, se tortura, se mata y fusila a los reclusos del propio país.

Desde el poder de su elevada posición, Rodríguez no propone mejoras a esa gente, ni medicinas, ni abogados, ni alimentos, ni mucho menos justicia.

Es lo que digo, vive en otro país y ése no es Cuba.

Ya puede meterse la guitarra por el $&@# pues toda la oposición le ha enfilado los cañones ante tanta indecencia.

Caramba Silvio, caramba, ojala te quiten de la lista, porque si no te veo componiendo la segunda parte de “El unicornio”

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