domingo, 17 de junio de 2007

Domingo

Tranquilidad en el mar, brisa políticamente correcta, temperatura mediterránea, atascos en las carreteras, monumentales.

El verano se instala sutilmente en la playa y los bolsillos de la gente.

Barcelona escapa hacia las olas aunque las montañas del norte acogen una humanidad sedienta de aire fresco.

Cuba es un puntito ardiendo en la memoria. El espejo grita las arrugas de los años.

Pero el niño que vive y anda por los paisajes interiores se baña entre espuma y sal a orillas del recuerdo.

Sin prisas ni estruendos.

Con la alegría de estar vivo.

Y libre.

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