miércoles, 10 de octubre de 2007

Escolta, volviste a nacer

Ella sale a la calle con su vestido negro y la lista de nombres en una de sus manos. Visita hospitales, minas, aviones, esquinas urbanas, campos de batalla, reposa su guadaña en la cabecera de los moribundos y en los rincones donde terminan los vagabundos, en los ciclos vitales de cada uno de los habitantes de este mundo. Pero cuando toca, toca y no si es lo contrario. El etarra encargado de preparar el coche bomba de ayer se esmeró en cada cable, en cada kilogramo de explosivo, en aparcar en el sitio adecuado sin importar la cercanía de un colegio pero, cuando no toca y no estás en la lista, te quedas aquí, entre los vivos, entre nosotros. El escolta herido en el atentado de ayer le cubría las espaldas a un tipo del pesoe, él es del pp. Ironías de la vida. El tipo está vivo, grave y quemado pero vivo. No estaba en la lista de ese día, su momento llegará pero no era ayer. Así que puede contarla después de salir del infierno de un coche en llamas. No pudieron brindar los del comando que puso la bomba, no hubo éxito, yo brindo por la vida de un humilde escolta. Óle tus webos, tío!!

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