lunes, 8 de octubre de 2007

40 años sin el Che

Muy rápido pasan 40 años, Guevara es un icono del siglo XX y su hija no baja del avión dando charlas por medio mundo sobre un padre cuyos recuerdos fueron implantados por el gobierno de Cuba. Miserable empleo el de esta mujer. Hay muertos muy rentables, ella vive de la nostalgia de una izquierda anclada en los ochenta. Cuarenta años, vaya como pasa el tiempo. Así son los mitos, alimentados por, inventados por y soltados a la calle para… ¿Cuántos dejó de matar el Che? Su muerte salvó sin querer muchas vidas. Su proyecto de llevar la guerra por medio planeta al mejor estilo vietnamita fue una teoría fracasada al no contar con la apatía de los bolivianos ni la traición de Fidel Castro. No era su tiempo histórico ni su guerra. No se que le pasaría por la cabeza cuando supo que le matarían. Él que había matado a tantos y mandado a fusilar a tantos otros. Las balas entrando en la carne, la visión partiendo hacia otros prismas, el ardor de las heridas y el desgarro de las carnes en los segundos posteriores a los disparos. Los mismos que ordenó lanzar sobre los presos de La Cabaña, pedazo de hijo de la gran puta, fueron más de 300 cubanos. “Pioneros por el comunismo, seremos como El Che” me enseñaron a gritar cuando aún no había cumplido los ocho años. Ahora a los cuarenta y siete recuerdo esas mañanas en el patio de la escuela con pañoleta blanquiazul en el pescuezo y siento asco de tanta manipulación. Hoy su imagen flota entre las tetas de una chica que porta camiseta con su nombre, en La Habana sigue siendo un souvenir bajo las sombrillas de los mercados callejeros. Del Che queda eso, fundamentalmente eso, la imagen que se vendió y poco más. Siempre supo que su proyecto estaba inspirado en el totalitarismo. Menos mal que se lo cepillaron a tiempo. 40 años, ¡uf! Cuanto tiempo perdido.

1 comentario:

Yvette dijo...

hay que foto tan horrible, prefiero quedarme con la imagen de korda...