la ausencia de aquellas torres emblemáticas y enormes.
Luego vinieron los trenes de Madrid y los autobuses de Londres. Europa tiembla y se preocupa. Se habla de conspiraciones, de un estado en germen llamado Eurábia fundado en secreto por miles de musulmanes emigrados al viejo continente que a una orden pondrán patas arriba el orden existente. La derecha nazi pide voz y voto, las calles se llenan de cámaras grabando y en los aeropuertos se putea cada vez más al viajero por miedo a que revienten los aviones. Los bancos de datos del gobierno echan humo y cada movimiento queda registrado en un sitio oscuro, frío y peligroso.
Pero en el fondo miramos a otro lado. Intentamos que esas cosas no afecten el día a día ya bastante tocado con la subida de los precios y no de los salarios. No llegar a fin de mes si es un ataque terrorista y eso ya hace mella en el conciente colectivo.
Mi playa está llena de gente. La autopista de coches, Barcelona de turistas. ¿Y qué quieres? Sólo es septiembre y seguimos adelante con las piedras en la mochila evitando aferrarnos a las cosas detenidas y andando sobre las arenas movedizas de estos tiempos.
martes, 11 de septiembre de 2007
Septiembre 11
No es mal mes Septiembre. Solo que tiene un día 11 tenebrosamente duro. El resto es de lo más normal. Siempre y cuando no se menee mucho la memoria ni viaje al Chile de Allende ardiendo en la Moneda. Tengo edad suficiente para guardar recuerdos que colean como peces fuera del agua y septiembre pasa indiferente con sus bellos días y sus brisas frescas mientras una parte del mundo mira la línea quebrada de N.Y. por
la ausencia de aquellas torres emblemáticas y enormes.
Luego vinieron los trenes de Madrid y los autobuses de Londres. Europa tiembla y se preocupa. Se habla de conspiraciones, de un estado en germen llamado Eurábia fundado en secreto por miles de musulmanes emigrados al viejo continente que a una orden pondrán patas arriba el orden existente. La derecha nazi pide voz y voto, las calles se llenan de cámaras grabando y en los aeropuertos se putea cada vez más al viajero por miedo a que revienten los aviones. Los bancos de datos del gobierno echan humo y cada movimiento queda registrado en un sitio oscuro, frío y peligroso.
Pero en el fondo miramos a otro lado. Intentamos que esas cosas no afecten el día a día ya bastante tocado con la subida de los precios y no de los salarios. No llegar a fin de mes si es un ataque terrorista y eso ya hace mella en el conciente colectivo.
Mi playa está llena de gente. La autopista de coches, Barcelona de turistas. ¿Y qué quieres? Sólo es septiembre y seguimos adelante con las piedras en la mochila evitando aferrarnos a las cosas detenidas y andando sobre las arenas movedizas de estos tiempos.
la ausencia de aquellas torres emblemáticas y enormes.
Luego vinieron los trenes de Madrid y los autobuses de Londres. Europa tiembla y se preocupa. Se habla de conspiraciones, de un estado en germen llamado Eurábia fundado en secreto por miles de musulmanes emigrados al viejo continente que a una orden pondrán patas arriba el orden existente. La derecha nazi pide voz y voto, las calles se llenan de cámaras grabando y en los aeropuertos se putea cada vez más al viajero por miedo a que revienten los aviones. Los bancos de datos del gobierno echan humo y cada movimiento queda registrado en un sitio oscuro, frío y peligroso.
Pero en el fondo miramos a otro lado. Intentamos que esas cosas no afecten el día a día ya bastante tocado con la subida de los precios y no de los salarios. No llegar a fin de mes si es un ataque terrorista y eso ya hace mella en el conciente colectivo.
Mi playa está llena de gente. La autopista de coches, Barcelona de turistas. ¿Y qué quieres? Sólo es septiembre y seguimos adelante con las piedras en la mochila evitando aferrarnos a las cosas detenidas y andando sobre las arenas movedizas de estos tiempos.
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