martes, 11 de septiembre de 2007

Septiembre 11

No es mal mes Septiembre. Solo que tiene un día 11 tenebrosamente duro. El resto es de lo más normal. Siempre y cuando no se menee mucho la memoria ni viaje al Chile de Allende ardiendo en la Moneda. Tengo edad suficiente para guardar recuerdos que colean como peces fuera del agua y septiembre pasa indiferente con sus bellos días y sus brisas frescas mientras una parte del mundo mira la línea quebrada de N.Y. por la ausencia de aquellas torres emblemáticas y enormes. Luego vinieron los trenes de Madrid y los autobuses de Londres. Europa tiembla y se preocupa. Se habla de conspiraciones, de un estado en germen llamado Eurábia fundado en secreto por miles de musulmanes emigrados al viejo continente que a una orden pondrán patas arriba el orden existente. La derecha nazi pide voz y voto, las calles se llenan de cámaras grabando y en los aeropuertos se putea cada vez más al viajero por miedo a que revienten los aviones. Los bancos de datos del gobierno echan humo y cada movimiento queda registrado en un sitio oscuro, frío y peligroso. Pero en el fondo miramos a otro lado. Intentamos que esas cosas no afecten el día a día ya bastante tocado con la subida de los precios y no de los salarios. No llegar a fin de mes si es un ataque terrorista y eso ya hace mella en el conciente colectivo. Mi playa está llena de gente. La autopista de coches, Barcelona de turistas. ¿Y qué quieres? Sólo es septiembre y seguimos adelante con las piedras en la mochila evitando aferrarnos a las cosas detenidas y andando sobre las arenas movedizas de estos tiempos.

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