martes, 8 de enero de 2008

Pensamientos

Saltando sobre el gris de la mañana, Enero no repara en los árboles sin hojas que intentan detenerle. La vida es como un ordenador colgado y el campo se llena de rocío helado. La amiga niebla me da tregua concediéndome unos quinientos metros de visibilidad, que buena es ¿verdad? Mientras pequeñas gotas de un aguacero errante desandan la curva del parabrisas con la calma propia de las nuevas leyes que regulan la velocidad en nuestras carreteras. Así es el invierno y tiene sus encantos. Aunque mi alma anda en otras playas y en otros soles. Se nota que el mes que viene me voy a Miami con C. Pienso en otro azul y en menos gris, en otro verde y en menos hielo, en otro cielo aunque siempre vuelva a este.

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