lunes, 7 de julio de 2008

Coltan

Junto al croasan y el café con leche de la mañana, los diarios de papel y la tele, junto a los digitales, nos traen pellizcos del espeluznante mundo en que vivimos, pero ni se corta el apetito ni ponemos los ojos en blanco, seguimos engullendo información con el mismo swing que el desayuno. Luego suena el móvil y contestamos con gestos de cotidiana habitualidad, consultamos el correo, mandamos un e-mail, vamos al médico y nuestra historia clínica cuenta cosas de nosotros por dentro, me detiene la policía y en sus pantallas portátiles hay datos que ni mi madre sabe, subo a un avión y mil ojos informáticos velan por que la sangre no estalle a falta de presión y los pulmones me hagan sentir vivo gracias a la dosificación computarizada del aire que respiro. De pronto no llego a imaginar como eran las cosas hace veinte años, olvido selectivo creo yo; el caso es que han diseñado una sociedad totalmente dependiente de los sistemas informáticos y como tal siempre sospeché que tras el brillo de las pantallas de plasma, la simetría de los teclados, la potencia de los portátiles, el ingenio de los periféricos bajo las alógenas de las estanterías se escondían historias horripilantes como aquella del Coltan, un mineral imprescindible para que estos cacharros y de paso nuestra sociedad, simplemente funcionen. Columbita-Tantalita, abreviando coltan, es un metal apagado que se encuentra en importantes cantidades en la zona de este del Congo. Cuando se refina llega a ser tantalum metálico, un polvo resistente al calor que puede aguantar una alta carga eléctrica. Estas propiedades lo hace un elemento vital para crear condensadores, los elementos electrónicos que controlan el flujo dentro de las placas de circuitos. Los condensadores tantalum son usados en casi todos los móviles, laptops y muchos otros dispositivos. El boom de la tecnología reciente ha hecho que el precio del coltan se dispare llegando a 400$ el kilo, mientras que compañías como Nokia y Sony se pelean por él. Un informe polémico del Consejo de seguridad de las Naciones Unidas sacó a la luz la explotación en el Congo de recursos naturales, incluyendo Coltan, por otros países involucrados en la guerra actual. Hay informes que demuestran que la vecina Ruanda y Burundi están involucradas en el contrabando de Coltan en el Congo, usando las ganancias generadas por el alto precio del coltan para continuar esforzándose por que la guerra prosiga. El informe estima que la armada ruandesa hizo al menos 250 millones de dólares por un periodo de 18 meses a través de la venta de coltan, a pesar de que el coltan no es extraído en Ruanda. Todos los países involucrados en el conflicto deniegan haber explotado los recursos naturales del Congo. Para extraer el coltan los rebeldes han invadido los parques nacionales del Congo, abriéndose camino entre los frondosos bosques de esa zona. Además la pobreza y la hambruna causadas por la guerra han ocasionado que algunos rebeldes y mineros cacen para comer elefantes y gorilas poniendo a estos en peligro. En el parque nacional Kahuzi Biega, por ejemplo, el censo de gorilas ha pasado a la mitad, de 258 a 130. Cuanta sangre hay en bajo el barniz de la rutina diaria, cuantas historias humanas y de otros seres vivos que no atinan a entender nuestro comportamiento forman el entramado de mi bienestar.

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