viernes, 9 de mayo de 2008

Infinitamente culpables

Son como son, aunque mucho no se les puede pedir a sus estrechos cerebritos. Los militares birmanos dejaron morir a cientos de miles de compatriotas bajo las ráfagas de un huracán previsto y seguido por las estaciones meteorológicas de medio mundo pero ellos, los muy cabrones, no movieron un dedo. ¿Por qué? No lo se pero existen tribunales que juzgan a tipos como ellos bajo la pena de crímenes contra la humanidad ocurridos durante conflictos bélicos. El no hacer nada cuando se tiene el poder y como tal la responsabilidad añadida de cuidar las vidas de las personas de ese mismo pueblo que se supone se debe proteger, y ver morir a tanta gente e incluso bloquear la ayuda internacional es igual o peor que el daño de la tormenta y por eso siento asco y tristeza en esta mezcla de impotencia que da verles con sus uniformes de opereta posando para la prensa oficial. Miles de almas están en la dimensión claroscura de aquellos que mueren dentro de un absurdo y ellos son culpables. Infinitamente culpables. Que otros les perdonen. Yo no.

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