lunes, 12 de mayo de 2008

Doy Gracias

Tal vez uno de los principios más hermosos que, a modo de legado, nos dejó el Maestro Mikao Usui, redescubridor del Reiki, fue aquel que decía: “Solo por hoy agradeceré todos los dones de mi vida”. Y así es. La práctica del agradecimiento nos hace más solidarios y humanos. Un agradecimiento profundo, sencillo y natural permite darnos cuenta del tipo de vida que llevamos, evaluarla, saborearla, entendiendo mejor quienes somos, luego de entender quienes fuimos. Cada mañana es un día ganado a la muerte en aras de la vida e igualmente desafío en el intento de mejorar el cuerpo, la mente, la sociedad, el país y el planeta con el pequeño granito de arena de la fértil existencia. Ocupamos el sitio que otros humanos dejaron, el mismo que llenarán, a su debido tiempo, quienes comienzan la andadura por el mundo. Y ser agradecidos nos conecta con lo mejor de aquellos que lo dejaron con la esperanza de que los sueños, interrumpidos por la partida, sean emulados y mejorados por nosotros, los sobrevivientes. Incorporar el ejercicio del agradecimiento a las plegarias, meditaciones o simplemente a la programación de cada día hace que el milagro de la armonía amorosa se manifieste mientras comprobamos lo afortunado que somos. Yo tengo muchas razones por las que dar gracias. Y en el fondo de cada una deposito un beso luminoso junto al deseo de que lleguen a lo más profundo de vuestras fuentes. Doy gracias a mis amigos, antídoto contra cualquier forma de soledad. Doy gracias a mis Maestros, me abrieron los ojos y el alma. Doy gracias a la enfermedad, me hizo más humilde, sabio y solidario. Doy gracias a mis alumnos, ellos en su conjunto son la escuela donde más aprendo. Doy gracias a la vida, sé que en un segundo puedo perderla. Doy gracias al clima, puedo sentirlo a través de la piel mientras reafirmo que existo. Doy gracias a la muerte, porque es un ciclo inevitable y fértil. Doy gracias a los ángeles, por ser canal de sus obras y guías de mis pasos. Doy gracias a la época que me tocó vivir, sé que las hubo peores. Doy gracias a Dios porque los ojos que leen lo que hoy escribo están hechos a imagen y semejanza de su divinidad. Doy gracias a Reiki, es un camino, uno de tantos, pero un buen camino. Doy gracias al fuego, al aire y al agua, tres elementos que integran el Ser que habita dentro. Gracias a la Tierra, que es madre, gestora y origen de lo que tanto amo. Doy gracias a todos y cada uno de los animales y plantas de mi entorno, escucho y siento la energía que emana de sus discretas vidas. Doy gracias a los que vienen por un consejo y dejan el regalo de su alivio en mi sagrado rincón. Doy gracias al Amor, que lo cura todo, aleja tormentas y está a mi lado en la persona de mi pareja. Y doy gracias a toda la gente de bien que conoceré este año pues tengo un corazón lleno de césped donde tomar el sol sin temores ni tensiones, solo en Paz, en Paz… que es la base de cualquier agradecimiento.

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