martes, 25 de marzo de 2008

Ella Vuelve

Madrugada de luna y nieve en las cumbres del norte, sofoco de motores atravesando la campiña dormida de la piel de toro que tanto amo. España es una mujer a medio camino entre la fatiga de un martes que se fue y la resaca reciente de Semana Santa. C. regresa empotrada en la litera de uno de esos espantosos trenes de cuando Franco que RENFE insiste en mantener activos aunque huelan a rancio. A ella le importa poco ya que vuelve a casa y yo la esperaré con cara de sueño y alegría expandida. Mi alma gemela viaja echada en la incomoda tabla dejando su vida en manos de la seguridad vial de un sistema que no debe fallar para que llegue de una sola pieza. Por eso este post está dedicado al maquinista insomne, al jefe de control de tráfico, a todos y cada uno de los implicados en traerla a casa: se que hace frío, que hay luna y todos tenemos el loco revuelto, que se está mejor en cama junto a un cuerpo caliente o bebiendo rioja con los colegas o viendo una peli porno, o en el bingo, yo que sé. Pero hoy, esta noche, beban café, pellízquense las mejillas, mójense la nuca con agua fría, abran las ventanas y eviten dormirse. Necesito ver a C. mañana. Ella es lo mejor y lo único que tengo. Es mi otra mitad, mi equilibrio y ni paz. Mi amor, el que hice ladrillito a ladrillito hasta crear este faro de Alejandría que ilumina, como hace el faro del tren donde viaja, mi camino.

No hay comentarios: